jueves, junio 26

..¿Te ConOzCo?..


Mirame. Recorreme con tu vista. Posá tus ojos en los míos.
Ahora volveme a mirar, pero esta vez prestame atención. Reconoceme en esa persona que tenés enfrente, aunque te cueste.
Hola, acá estoy, esta mujer soy; la que intenta explicarte con palabras y con actos las ideas que la conmueven, le movilizan hasta la última célula de su cuerpo y la empujan a querer crecer cada día un poco más, a aprender cada día un poco más, a querer ser cada día un poco más eso en que está transformándose de a poco. la que de a poco, y al ritmo que ella misma los construye, te va contando cuáles son sus valores.
¿Te duele? Sí, lo sé. Te sorprende, te preocupa. ¿Por qué? Si podemos ser distintos y amarnos igual. Si podemos compartir cada vez menos ideas y seguir manteniendo, aún, este amor que nos unió sin preguntarnos si teníamos ganas de ocupar estos lugares en la Tierra.
Soy este ser, completo, distinto a vos. Y ya no me paro delante tuyo, ya no necesito que me cubras la espalda, sino que me abraces de tanto en tanto. Ahora puedo pararme a tu lado, y ya no necesito que me marques el camino.
No intentes darme explicaciones; ofreceme herramientas para que entienda tu punto de vista.
No me desafíes, invitame a charlar.
No me descalifiques sin antes escuchar qué tengo para decir.
Y ya nunca, pero nunca, me condenes por no pensar como vos. Porque hoy puede ser que me calles por esta puta debilidad que tengo para justificar mi argumento, con la potencia de tus palabras y tu excelente cintura.
Pero de ninguna manera pienses que me conformás, que me convencés ni que apagás lo que se prende fuego adentro mío cada vez que negás mi verdad.
Todo lo contrario, lo avivás. Y no es conveniente, creo, para ninguno de los dos, ni que vos niegues mi verdad, ni que yo me prenda fuego.
Porque hoy me callo, sí. Siento el culo en la silla y me callo para leer, para aprender mucho y más que mucho. Y para, luego con todo eso, hacer trizas lo que me decís, aquello que me dijiste, y eso que me vas a decir. Porque no hay vuelta atrás, ya soy esto que soy y vos sos eso que sos, así que es mejor no confrontar y, en cambio, intercambiar.
Tranquilizate un poco y escuchame. Mi´rame de nuevo. Volvé a conocerme, ahora como alguien que se paró fuera de tu manto, en otro lugar. Observame en ese lugar desde el que elegí hablarte, hablarles a los demás, trabajar, vivir.
Y entendé, por favor, que puedo pensar por mí misma. Que sé tomar mis propias decisiones y que busco y buscaré siempre herramientas y fundamentos para defenderlas. Nadie me arrastró hasta aquí y nadie me lleva amarrada de una soga. Vine sola y sé caminar sola, cosas que no cambian por el simple hecho de que ambas cosas las haya compartido con otras personas.
Y pude hacer todo eso que te cuento, y busco ser todo eso que te cuento, y pienso de la manera en que lo hago, porque creo en todo aquello.
Quizá, tus pasos hayan transitado este camino y se hayan ido desilusionados hace tiempo. Quizá no quieras que me pase lo mismo y me quieras ahorrar penas y dolores.
Pues, no me importa. Hagas lo que hagas, y por más de que me duela (no creas que me es fácil) la rueda ya empezó a girar y yo con ella.

jueves, junio 19

..CaMinO..


La noche los sorprendió, como tantas otras veces, juntos. Y, como todas esas otras veces,
los invadió la sensación de que un reflector los iluminaba desde arriba, cuando la oscuridad lo cerraba todo.

Nunca supieron de dónde venía el haz. Y si bien ninguno de los tres nunca se preocupó por averiguarlo, la dama del grupo prefirió localizar el origen de ese calor lumínico en el amor que nació entre ellos; en la hermandad que los unió luego de veinte años de vidas separadas.

Iban camino a ningún lado, pero juntos. En silencio, mirando al oscuro horizonte. Sin embargo la ausencia de sonidos no traía incomodidad entre ellos. Por el contrario, a ella la llenaba de orgullo. Para ella, que siempre sintió al silencio como una soga que presionaba su cuello hasta dejarla sin aire, poder compartir horas enteras con dos seres de su misma especie sin utilizar necedades sonoras era la gloria.

De repente, la voz de uno del trío quebró la paz.

Vayámonos.

Olvidándose del camino que tenía en frente, la responsable del rumbo de las cuatro ruedas que los transportaban corrió la vista del cemento y deslizó un incrédulo ¿adónde? a través de su boca. Y dejó que fueran sus ojos los que demostraran que ese punto no le importaba en lo más mínimo; que si esas cuatro manos la llevaban, cualquier destino del mundo era el indicado.

A cualquier lado, respondió el dueño de uno de esos pares de manos en los que ella tanto confiaba.

Una sonrisa invadió la cara de esas tres almas encerradas en un Renault 12 blanco modelo 94 que, en el medio de una noche negra de abril, brillaba iluminado por un potentísimo haz de luz. Más potente que el mismo sol.

viernes, junio 13

..vIdA..


La quiere, pero no la busca. (No se anima a buscarla). La busca, la encuentra… y la deja ir. La invita a perderse dentro suyo cada vez que respira y siente como poco a poco su olor invade sus venas.
Se contenta con eso.
Nunca le dijo nada, aunque a menudo le dedica largas charlas telepáticas. Sin importarle que muchos la llamen loca, por estar seguros de que nunca algo como ella pueda elaborarlos, cree fervientemente en la conexión de sus pensamientos. Incluso puede afirmar que más de una vez se han cruzado en los pasillos de la vida. Si, aunque fuera una redundancia…
Varias veces la llevó por delante. En cada oportunidad la notó al instante, la sintió y la reconoció, pero siguió de largo. La misma fuerza con la que la deseaba se le volvía en contra cuando la tenía enfrente. Ni siquiera giraba para espiarle la espalda.
Le cuesta mirarla. No soporta el impacto de sus ojos cuando la descubren queriéndola con los suyos. ¡Se molesta tanto cuando eso pasa! ¿Cómo podía temer a algo que quería tanto?
Tiempo al tiempo, se repite cada vez que siente sus pasos llevársela lejos. Adueñándose de palabras amigas, se consuela susurrando a su propio oído que parece que no, pero a medida que pasan los días, le robás un pedacito más de tu propia vida al tiempo y agregás una página nueva a tu historia, a esa que te morís por protagonizar. Se acaricia la cabeza y se hace compañía.