viernes, octubre 2

..OtrO díA MáS..


…Cierra los ojos y se encuentra.
El cansancio asoma y empieza a pesar.
El mundo que la envuelve dejó de existir por un segundo y entonces, es sólo ella.
Se recuesta sobre el respaldo y se deja tentar por el mecer del motor que la lleva.
Su espalda se lo agradece. ¡Cómo le gustaría estar descalza!
Como todos, el día fue otro al que trazó mentalmente, no bien la despertó la música. Dice que le cuesta. Lo recalca a gritos. Pero siempre se deja llevar, y eso no está mal.
No es regalarle las riendas a otro, sino compartirlas para andar juntos.
Es ella ahora, en la oscuridad más ciega que el negro puro.
Es ella frente al papel; ella en explosión de risas y en el calor de abrazos que todavía están frescos. Es ella bajo el sol, bajo las sábanas de camas compartidas, bajo el agua caliente que limpia el polvo de su piel sin borrar huellas.
El ella en melodías que la calman; frente a miradas que la encuentran extraña, a otras que por poco la descubren, y a unas pocas que siempre le devuelven su más genuino reflejo.
Es ella en ideas que la recorren hasta tomar forma en la voz de otros.
Ella y su sendero.
La noche de la ciudad vuelve a correrla del centro.
Sí que es pesada la mochila del cansancio. Pero qué rico huele…