martes, julio 24

...Como un pájaro...

Respirar. Abrir bien el pecho. Si es necesario, ayudarse extendiendo los brazos. Y respirar, respirar bien hondo. Robarle todo el aire que se pueda al ambiente. Si es posible, hacerlo a cielo abierto. Y si hay sol, mejor todavía. Ofrecerle la cara, bien de frente, con los ojos cerrados, y absorber su luz. Aunque sea por unos instantes…. ser libre.
Liberarse. De los pensamientos, de las sensaciones. Incluso de los ropajes que nos imponen ciertas reglas. Simular ser como un pájaro y volar hacia donde la mente se conecta con el corazón y hace que éste dispare sangre hacia cada punto de nuestro cuerpo. Sangre fuerte, sangre alegre.
Y cuando ya estamos plenos, abrir los ojos. Mirar a nuestro alrededor, volver a respirar, dejar que la sonrisa se pinte en nuestra cara. Cerrar los brazos y guardar las manos en los bolsillos de la campera. Y seguir andando el camino. Un poco más feliz que antes.