viernes, abril 25

..PuNtO..


Entonces amaneció decidida. Decidida y harta. O de tan harta, decidida. Como sea, la decisión estaba tomada. Luego de interminables charlas consigo misma, que no acababan ni cuando le ponía fin a sus días, ya sabía exactamente lo que debía hacer. No era tan difícil. Además, lo había hecho más de una vez. La onda era ponerse firme, fijar la mirada y abrir la boca. Darle vía libre a todas esas palabras que hacía tiempo venía masticando y masticando. Se sentía una vaca ya de tanto rumiar frases hechas. Todo eso que alguna vez sintió había perdido sentido de tanto ir y venir por las vías digestivas. Lo que alguna vez fue sentimiento genuino, de repente ya no lo era tanto....
¿En verdad le generaba todo eso o ya se había hecho adicta al juego? No podía saberlo aun… Supo desde chica que tenía conductas adictivas. Y poca voluntad para abandonarlas. Sin embargo, esta clase le dejaba una resaca horrible. Desorientación, silencio, mal humor… dejaba de ser divertido.
Vamos, era el momento. A respirar hondo y a saltar…

jueves, abril 17

..PéRdiDa..


Sus ojos se perdieron en algún invierno pasado. Esos ojos tan lindos que tenía, dueños de una mirada raramente dulce, vaya a saber donde se perdieron…

Me animo a decir que se fueron detrás de sueños. Y me atrevo a semejante hipótesis porque muchas veces lo escuché relatar ideales, y muchas veces fui testigo de sus lágrimas en cada uno de esos cuentos. Era en sus ojos donde uno podía leer cuánto amor depositaba en utopías. Seguramente debieron haberse ido detrás los aromas de alguna de ellas…

Supo ser niño mimado, adolescente inocentemente rebelde, y hombre supuestamente entero. Ser de inacabale orgullo, su ego lo desbordaba a menudo, ocultando su enorme ternura. Supo ser payaso entre los más chicos. entre ellos siempre se sentía más a gusto. Era un maestro de la risa, y sabía dibujar mejor que nadie. Más que ningún otro adoraba hacerlo. Tras el paso del lápiz, lograba revivir en un pedazo de papel, la realidad... y la irrealidad.

Y con esa habilidad, que con él nació, supo trazar caminos osados, que atravesaban lagos y bosques. Playas serenas y mesetas gigantes. Mundos imaginarios que ocupaban en su mente el lugar del verdadero. Allí vivía porque así lo elegía, mañana tras mañana, cigarro tras cigarro.

Con el mismo trazo también supo incluir, en sus rutas imaginarias, las sorpresas que le traía la vida. Cuál joven bien educado, nunca dejó de agradecer cada regalo del destino. Cuál joven bien educado, nunca le dio importancia a ninguno de ellos. Muchas gracias, no se hubiera molestado, y al depósito. A un costado. Sólo adornos de sus viajes, meros agregados terminaron siendo las pérdidas y los reencuentros, las oportunidades únicas y los inesperados fracasos, la mujer, los hijos y los perros, también….

De vez en cuando vuelvo a buscar con mis ojos a sus ojos. Entonces los cierro y trato de imaginarme bajo algún arbol de alguno de sus universos de mentira. Mientras él pesca a lo lejos, en aquel lago también de mentira. No se da vuelta, no me devuelve sus ojos. Abandono ese mundo y me voy a otro. Y así los ando buscando de tierra en tierra, porque de verdad que los extraño.

Y si bien no los conozco como algunos otros, como aquellos que saben donde están perdidos pero se cansaron ya de invitarlos al regreso, siento pena.

Pero no por lo triste que, me imagino, debe ser andar por la vida con la mirada vacía, sino por lo doloroso que debe sentirse el saber que fueron los ojos los que tuvieron que abandonarlo a uno para correr sueños, sin que el resto del cuerpo quieran acompañarlos.

¿Cómo pudo dejarlos ir? A los ojos y a los sueños. Él, que sigue embanderándose con ellos, que sigue vendiéndose como el que los lleva en lo más alto. Él, que para tapar tan enorme agujero en su alma, vive de los que sueñan otros.

Trato y trato, y no encuentro a sus ojos. Hace años que los busco, pero no aparecen. sus lágrimas me ilusionaron un par de veces. Las confundí con señales de tan ansiado regreso. Pero no. Se ve que puede seguir derramándolas. Se ve que sólo ellas quedaron… como para que sienta que todavía siguen en su sitio. O como para que recuerde que alguna vez se escaparon. Y no volvieron.

lunes, abril 7

..DisTAnCiA..


..Tratar de que te caguen lo menos posible..
Las palabras martillaban cada vez más fuerte en su cabeza. Y eso que ya habían pasado más de un par de horas desde que las había escuchado. El ruido que hacían no la dejaba dormir. Ni siquiera le permitían mantener los ojos cerrados por mucho tiempo. Estaba tan cansada…
Con qué fuerza combinó las letras esa noche. No la creía capaz de semejante conclusión. Y si bien por un lado se sintió orgullosa y aliviada -¡por fin una señal de que vivían en el mismo suelo!- no le gustó para nada reconocerla de esa manera. Era ella pero no. La misma de siempre, pero no. Nunca hasta entonces la sintió tan lejos. Poderoso juego de palabras, definitivamente significaba una posición de renuncia, de redención. Postura que detestaba. Recelo que cada día tomaba más fuerza.
Acostada de costado, en posición fetal (siempre amanecía de la misma forma), sus pupilas apuntaban a la persiana del cuarto, pero su mirada veía otra cosa, sucedida en otro lugar, unas horas antes. Ahora estaba confundida. No sabía si la imposibilidad de digerir esas palabras venía de su significado o si era provocada por ser de esa persona la boca de donde salieron.
¡Ay! Sí… Como dolía asumirlo. Dolía entender que los senderos pueden abrirse de repente, sin importar que hayan ido a la par casi una veintena de años. Sin embargo, lo que lastimaba no era la diferencia, la contrariedad. Sino la indiferencia, el hermetismo, la oscuridad. El rebotar en la cara del otro, de ese que creía hermano. En esa misma cara que creía conocer de memoria, y que la indiferencia, el hermetismo, la oscuridad, habían vuelto más dura que el mármol. Y tanto más fría...
Por fín pudo juntar los párpados. La invadió una sensación extraña., ¿de redención también, de resignación? Mierda, no le quedaba otra. Después de todo, los amigos de la vida mantienen, aunque sea de una puntita, para siempre sus almas soldadas. Montones de momentos como esa noche seguirán acumulándose en el corazón de ambas. Pero aún en el abrazo más fuerte, los dedos de sus pies estarán separados por un abismo grande como el amor que se tienen. Más grande que el sol.

sábado, abril 5

..dESesPeRacIóN..


Sólo un paso. Medio, quizás. Y estás petrificado, como soldado al suelo. El ritmo que traías, ese tranquilo, pero constante, se cortó de repente. ¿Qué pasó?

No más que un puñado de centímetros te separan de la vereda, de la otra orilla. De tu sueño. Los segundos pasan, y comenzás a impacientarte. La realidad, que hasta hace un momento no era más que eso, normalidad, se convierte en un reloj de arena gigante. Y ves caer los granitos de arena uno a uno, a mil por hora. Te ensordece el ruido que hace cada uno contra la montaña que los otros que se acumulan, que ya murieron.

El alquitrán de la calle se vuelve cada vez más líquido. Sentís cómo te come de a poco. Te atrapa.