sábado, agosto 4

Aunque los ojos pidan oscuridad. Aunque el cuerpo pida horizontalidad. Aunque la cabeza no de para más. No parar, esa es la cuestión. Leer, escribir, tejer, mirar, hablar y escuchar. Compartir momentos, no desperdiciar ni siquiera un segundo de ellos. Pensar.... siempre pensar, porque la cabeza nunca para.
Hoy, mis días están atravesados de uñas a dedos, por una necesidad imperiosa de sacarle todo el jugo a la vida. Existe en mí una lucha imperiosa y constante contra la mediocridad.
Y probablemente lea, escriba, escuche, hable y mire sin dejar de ser mediocre... pero me basta con hacerlo para que ese sentimiento deje de ser parte de mi cuerpo.
Quiero que mi cuerpo se llene de acción. Porque sólo la acción le traerá paz a mi ser
.

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