martes, abril 28


Ese es el punto. A nadie le estalló la cabeza.
Letal conclusión.
Hubiese deseado que no siguiera. De tan corta, quizá podría evadirla.
Pero no. La boca se abrió de nuevo.
A veces me pregunto qué es más efectivo: que algo aparezca de repente y te pulverice el cráneo en medio segundo o que lo conocido te lo vaya comiendo de a poquito, de una manera casi imperceptible.
Sólo humo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lindo día para dejar de fumar.

Anónimo dijo...

A derrumbarlos, Ai.

Sos un asco. Un tostado sin jamón y con pedacitos de servilleta por haberle sacado la mayonesa...