jueves, septiembre 24


La incertidumbre le va ganando la batalla al miedo. Poco a poco, el miedo desaparece, pero la sensación no es mejor.
Bucea y bucea entre recuerdos, entre momentos resguardados dentro suyo.
Ríe cuando desempolva algunos de ellos; otros le rasguñan la piel del alma y eso le duele un poco. Aguanta. Continúa.
Y hay quienes la escuchan en sus intentos de poner en palabras todo eso que se le abarrota en los bronquios y no deja que el oxígeno pase, y no la entienden.
Le dicen que está estancada, que no se anima a dar un paso más.
Reflexiona hasta en sueños.
Se habla a sí misma, se piensa y se reformula.
Despierta de a ratos y descarga angustia en besos.
Cambia de a horas.
Por momentos pisa el acelerador y la velocidad la marea. Tan rápido va, que se choca con todos y con todo. Intenta remontar vuelo sin éxito. La brea de la calle le pegotea la suela de los zapatos y la retiene.
Entonces, se arrodilla en el suelo y gatea. Se arrastra como un caracol, y al menor contacto con el mundo se enrolla sobre sí hasta meterse dentro de su coraza. Nadie puede molestarla en su cueva de verdades que son mentiras. Y la calle se vuelve inmensa.
Qué, si no sale cómo lo esperabas. Qué, si probaste y no te gustó. Qué, si probaste y no les gustó. Qué si das ese maldito paso más. Pedís a gritos poder escapar de la protección, pero ni siquiera sos capaz de correr ni un mínimo riesgo. Ni el más minimísimo de todos: ser.
Reflexiona entre sueños.
Se habla, se piensa y se reformula.
Despierta de a ratos y cura su angustia con besos.

3 comentarios:

Nicolás S. dijo...

Ufff! cuántos puntos de conexión!
(Reflexiona entre sueños; despierta de a ratos; se mete en su coraza de verdades que son mentiras....)

Nicolás S. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mariana dijo...

"Nadie puede molestarla en su cueva de verdades que son mentiras."

Con todo, pero con esta me sentí un poco más identificada.

Perfecto Ai. Perfecto.